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LA SANTA CIUDAD Y EL SALMO 15
Segunda parte
Así que, yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire: 1 Corintios 9:26
El Apóstol Pablo, poseía una visión clara en cuanto a su llamado cristiano de parte de su Señor. La palabra: “incierta” significa: algo que no se ve, o que está escondido u oculto. Entonces, él veía el tipo de llamado que Dios había escogido para su vida cristiana. Sin duda: tenía una excelente visión.
Esta misma postura cristiana debemos tenerla, debemos tener la visión o el entendimiento en relación al tipo de llamado que Dios tiene en particular para nuestra vida. No corramos la carrera cristiana como “cosa incierta”, solo tenemos una vida para cumplir el propósito o desempeñar aquello para lo cual venimos señalados a esta vida.
Cuando no se tiene una Visión de la prioridad de la Carrera, se vive una vida común y ordinaria. Dios nos da una visión para vivir una vida extraordinaria o más allá de lo normal. Dios nos da una visión para ser llevados a ser verdaderos conquistadores del Premio Eterno y ser unidos a la naturaleza de Jesús para siempre. ¿Qué miramos y de qué hablamos?. Ello lo determina el tipo de visión que poseemos o de aquello que es la prioridad de nuestra experiencia cristiana.
Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Apocalipsis 21:2
¿Cómo sabemos que estamos creciendo y viviendo en la naturaleza del señor Jesús? Juan vio la Santa Ciudad, ¿Cómo sabemos que estamos creciendo y viviendo al nivel que se requiere para vivir en la Nueva Ciudad, en el Monte de la Santidad o la Casa del Padre desde donde reinará Jesucristo?. Ello lo sabemos por medio del ver que estamos adquiriendo las características que tiene la Nueva Ciudad y que están siendo formadas en nuestra vida cotidiana como padres, esposos, hijos, estudiantes, trabajadores o en los negocios, empresas, y además en la iglesia y como hermanos en la fe.
Entonces, si vamos a ser parte de la Esposa espiritual de Cristo, y luego vivir en la Casa del Padre o en la Nueva Jerusalén necesitamos crecer en el Señor Jesucristo. Veamos otros de las características encontrados en el Salmo 15
Y HABLA VERDAD EN SU CORAZÓN. SALMO 15:2
Habla… Hebreo: Dabár 1696
Significa: Hablar, anunciar, contestar, decir, declarar, dicho, exponer, expresar, proclamar, pronunciar, publicar, recitar, referir, responder.
Verdad… Hebreo: Emet 571
Significa: Estabilidad; confiabilidad, de veras, firme, rectamente, verdadero.
El poder de las palabras es asombroso; el efecto de las palabras afecta e influencia para bien o para mal el entorno de la persona que las expresa; ellas generan influencias de bien o mal. Fundamentan el hecho de crecer y habitar en el Tabernáculo de Dios o vivir fuera de ellos para siempre.
La muerte y la vida están en el poder de la lengua.
Proverbios 18:21
Del uso correcto o incorrecto de la lengua, se genera la bendición o la maldición; el bien o el mal; el bienestar o la ruina; pues Dios dice que la vida (bendición) y la muerte (maldición) están en el poder de la lengua.
Son pocos los creyentes que se están acarreando el bienestar y la bendición; también son pocos los que usan su lengua para todo aquello que es íntegro, verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, lo que es de buen nombre; lo virtuoso y digno de alabanza.
Filipenses 4:8
Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad?... El que habla verdad en su corazón.
Debemos tener presente que como personas tenemos un cuerpo físico, y se compone de órganos y miembros naturales entre los cuales se cuentan los labios y la lengua; ellos son los instrumentos para hacer posible que la palabras se hagan audibles de manera física.
Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23
Además poseemos un espíritu o un cuerpo espiritual, el cual de manera ilustrativa podemos decir que posee unos labios espirituales. “El que habla verdad en su corazón”. Al hablar de este corazón, no se refiere al corazón fisiológico; habla de un corazón espiritual.
Entonces, cuando las palabras o los dichos brotan de los labios físicos, e porque esas palabras ya se habían generado o formado en el corazón espiritual de la persona. Por lo regular, las personas hablan en su corazón o en su ser interno todo el tiempo; la creencia general atribuye a que solo son los pensamientos; pero los pensamientos solo son imágenes; la lengua y la boca del espíritu son los que ponen voces a esas imágenes. Por ello podemos pensar y a la vez oírnos internamente.
A esto es lo que refiere la Palabra de Dios: “El que habla verdad en su corazón”. No solo a los dichos y palabras físicas y audibles, sino a lo que expresamos en nuestro corazón o ser interno.
¿Vamos de regreso a la Casa del Gran Rey? ¿Habitaremos en el Tabernáculo de Dios y residiremos en el Monte Santo? ¿Viviremos por la eternidad en la Nueva Ciudad en Presencia del Esposo Celestial?. Entonces seamos cuidadosos de las palabras que se forman y que hablamos en nuestro corazón. Imaginemos los efectos y consecuencias que generan frases como:
“El problema soy yo, mejor me muriera”… “Quisiera desaparecer, no tengo esperanza”… “¿Para qué sirvo?”… “Pobre de mí, nadie me quiere”… “Te odio” “Ya no soporto más, estoy harto”… “Juro que me la va a pagar” … “Creo que voy a morir de cáncer como mi papá”… “Mi suerte jamás va a cambiar”… “Mi familia es un fracaso”… “Creo que mi negocio va a fracasar”…“Nunca podré cambiar mi manera de ser”… “Sirvo para nada, solo para dar problemas”…“Que día tan feo, todo se ve sombrío” … “Nadie me puede ayudar” … “Esta suerte, nunca va a cambiar” … “Naci en el momento más inoportuno, fui un indeseado”… “De seguro no iré a vivir a la Nueva Ciudad de Jerusalén”.
No cabe duda: La vida y la muerte están en el poder de la lengua espiritual del corazón; Dios lo afirma. La lengua, es causa de muchos de los males que padecen los cristianos, y no importa que ello lo ignoren, sus efectos son ciertos y poderosos.
El plan original para la lengua era: Que de ella se generara todo tipo de bendición; que las personas y familias disfrutaran de una vida abundante y feliz en aquello que es bueno, dulce, deleitable, hermoso, agradable, grato, alegre, placentero, y que produjera mucho gusto. Y de hecho, Dios anhela un pueblo así, para que su felicidad se extienda por la eternidad en la Nueva Ciudad. “ y fueran felices para siempre jamás".
Es necesario “cambiar los patrones de lo que se piensa y se habla en el corazón” Deben ser palabras rectas, limpias, virtuosas, de verdad, suaves, con deleite, con prudencia, con sabiduría. Entonces, el poder de la lengua producirá la vida, lo bello y hermoso de la Verdad.
¿Vamos de regreso a la Casa del Padre? ¿Habitaremos en el Tabernáculo de Dios y residiremos en el Monte Santo? ¿Viviremos por la eternidad en la Nueva Ciudad en Presencia del Esposo Celestial?. Entonces evitemos el error de hablar de manera equivocada en nuestro corazón. Dice la Escritura:
Toda amargura, y enojo, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia.. Efesios 4:31
Ni palabras torpes, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias. Efesios 5:3-4
Torpes… Griego: aisjrótes 151
Significa: Deshonestas; obsceno; vergonzoso; deshonroso; cínico; groseras; lépero; indecente; falta de respeto.
Necedades... Griego: morología 3473
Significa: Palabras egoístas; imprudentes; con descuido; con ignorancia; incrédulas; egocéntricas; insatisfacción y descontento.
Truhanerías… Griego: eutrapelía 2160
Significa: Chistes vulgares; palabras jocosas; graciosas y chistosas; hablar como un payaso o bufón.
Corrompidas… Griego: saprós 4550 Efesios 4:29
Significa: Podrido; putrefacto; corrupto; degenerado; degradar.
Profanas… Griego: bébelos952
2 Timoteo 2:16
Significa: Idólatra; salvaje; irreverente; falto de respeto a las cosas sagradas.
Fingidas… Griego: plastos 4112 2 Pedro 2:5
Significa: Fabricar formas o imágenes ficticias; falsas; fingidas; con pretensión.
Lisonjeras… Griego: kolakeía 2850 1 Tesalonicenses 2:5
Significa: Lisonjeras; de adulación; halagar; demostración empalagosa; deleitar.
Ásperas… Hebreo: étseb 6089 Proverbios 15:1
Significa: Afligir; causar dolor; provocar disgusto y enojo.
Se debe poner una cerca a la boca y lengua espiritual; ello repercutirá en la manera física de expresarse; es bueno limitarla, ponerle un freno, pero no es suficiente. Si no se busca erradicar el problema de raíz, entonces no hay garantía de tener cambios radicales, solo se mantendrá reprimida en su accionar. Es importante cada día prestarse voluntariamente a un proceso de transformación de la vieja naturaleza y aplicar la Sangre del Señor Jesucristo, el Fuego y las Aguas del Nombre de Jesús sobre la lengua y boca tanto espiritual como física.
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo: ahora, pues, mi reino no es de aquí. Juan 18:36
¿Consideramos que nuestra vida pertenece al Reino de los Cielos y estará en la Nueva Ciudad? Si así es, entonces debemos pensar, hablar y proceder como un miembro de ese Reino. Vivir como Cristo, Él no es natural; es sobrenatural.
¿Cómo se debe comportar un ciudadano del reino? ¿Qué distingue a un ciudadano del reino de Dios, a alguien que estará en la Nueva Ciudad? Así como los cristianos de la iglesia primitiva se distinguían entre todas las personas, por su actitud, su conducta, su lenguaje, etc.
No entrará en ella (en la Nueva Ciudad) ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero. Apocalipsis 21:27
¿Es usted un ciudadano del reino que vivirá en la Nueva Ciudad de Jerusalén? La respuesta puede ser: Si. Pero la pregunta realmente importante es: ¿Está viviendo como ciudadano del reino?. Si así es: Se debe mostrar o marcar una diferencia en todos los aspectos de vida en relación al proceder o conducta. Entonces:
Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad? Salmo 15 Salmo de David.
OTRA CARACTERÍSTICA A ADQUIRIR…
NI HACE MAL Á SU PRÓJIMO.. SALMO 15:3
Mal… Hebreo: rah 7451
Significa: Adversidad, aflicción, agravio, avaro, calamidad, calumnia, desgracia, destructor, difícil, doloroso, duro, fastidiosa, feroz, injusto, maldad, malestar, malicia, malo, malvado, molesto, perversidad, triste.
Prójimo Hebreo: réa o réya 7453
Significa: Amigo, cercano, compañero, jornalero, prójimo, vecino, alimentar, apacentar, comer, compañero, pastar, sustentar.
Para crecer en la naturaleza del Tabernáculo, y la Ciudad del Gran Rey, tenemos que aprender a romper y eliminar: Ideas, conceptos, argumentos, actitudes, hábitos, patrones impropios de vida; formas de pensar y formas de proceder que no son adecuadas para un ciudadano que estará en la Nueva Ciudad; por medio de todo ello se genera un mal propio, y un mal al prójimo.
Suele suceder que hacer lo bueno es difícil e implica tomar decisiones incómodas, pues implica el humillarse a sí mismo en la manera de pensar y actuar; mientras que en la mayoría de casos, hacer lo malo es fácil y no representa esfuerzo.
Decidir hacer lo bueno y lo malo en nuestra vida, es determinante, porque traza el rumbo que vamos a seguir todos los días y trascenderá por la eternidad futura. Y esto es una decisión diaria.
No todos los creyentes estarán de regreso a la Casa del Padre; no todos irán y habitarán en la Nueva Ciudad; solo estarán ahí aquellos que encajen en el Plan Maestro de Dios y llenen los requisitos establecidos. Entonces, si hemos recibido la invitación de parte del Rey de Reyes, para habitar en la Ciudad del Gran Rey, vivamos pues, para crecer en llenar la característica: Ni hace mal á su prójimo…
Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártase del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala. 1 Pedro 3:10-11
¿Deseamos ver, conocer y experimentar días o épocas de la vida natural y además espiritual y en donde las situaciones sean favorables o buenas? ¿Esperamos ser visitados por tiempos de bien, de lo mejor y lo hermoso de la vida? Entonces es necesario apartase del mal, de lo injusto, malvado; de lo molesto, triste y mal intencionado que sin duda nos afecta a nosotros, y de alguna manera afecta o hace mal al prójimo.
¿Deseamos con pasos firmes y seguros progresar en el Camino que conduce de regreso a la Ciudad del Gran Rey, a la Nueva Ciudad o al Monte Santo? Entonces: Apartaos de toda especie de mal.
1 Tesalonicenses 5:22. Sin embargo la Escritura dice:
Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese; Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo… 1 Pedro 4:12-13
De acuerdo a esta Escritura, se nos advierte que inevitablemente somos probados con diversas situaciones adversas. No es extraño entonces, que en ocasiones, tengamos algún tipo de mal proceder o mal trato de parte de nuestro prójimo hacia nuestra persona. Pero aún así dice la Escritura:
No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal.
Romanos 12:21
Vaya, este Mandato de Dios, es contrario al sentido común humano; el hombre por lo regular en su interior guarda el pensamiento de: “El que me la hace, me la paga” “Ojo por ojo”. Sin embargo el pensamiento de Dios es a la inversa: Vence con el bien el mal. ¿Vamos a habitar en el tabernáculo de Dios? ¿Residiremos en el monte de Su santidad? Entonces obedezcamos al Señor en este Mandamiento.
El mundo actual está acostumbrado a causar la deshonra del otro; a echar la culpa a los demás; a criticar y difamar; a deshonrar y avergonzar al otro. Esta práctica es tan usual y normal en la actualidad que nadie lo advierte; hay acciones impropias que ya no se miran como maldad. El corazón de este pueblo se ha engrosado y con los oídos oyen pesadamente y han cerrado sus ojos (Mateo13:15). El mal, el oprobio y reproche se mira como si fuera bien y todos dicen: "Es lo normal, todo mundo lo hace”. Puede ser lo común, pero nunca "normal". Lo normal sería que todos nos amáramos y que nadie hiciera mal al prójimo.
Como integrantes del género humano, estamos comprometidos a valorar a cualquier otro ser humano, pero como cristianos, nuestra responsabilidad no termina ahí, sino que les somos deudores y estamos obligados a amarlos.
El amor al prójimo, nace en un corazón que tiene a Cristo; sin prejuicios, donde no existe una intención sucia, malintencionada o pecaminosa; existe en él una determinación de bendecir a otro, sin parcialidad, sin injusticia.
Pero: ¿Dónde está la raíz y causa de que no busquemos nuestro propio bien y el bien ajeno? ¿Cómo podemos evitar hacer mal al prójimo?
La raíz y principio a considerar hoy, son: Los Pensamientos.
Las palabras: Malo; nocivo; mezquino; avaro; injusto; desagrado; enfado; enojo; disgusto; irritado; aflicción; infeliz; adversidad; calamidad; fastidio; molesto; ofendido; frustrado; indispuesto; maltratado; resentido; estar en bancarrota; hecho pedazos; decaído; malpensado; malintencionado; nada; ser duro… ¿No son las características que predominan en el mundo y en la naturaleza y condición del ser humano?.
Todo esto origina el mal propio y ajeno?. Los cristianos no están exentos de esto que hace perder la ruta o el Camino que conduce a la Nueva Ciudad; y además hace perder la salud de una vida sana y equilibrada en el Señor Jesucristo.
Es necesario cada día analizar nuestros pensamientos, palabras y hechos: Debemos volvernos policías de nuestros pensamientos!. Volvernos centinelas y vigilantes de nuestras actitudes, ideas, conceptos, opiniones y hechos... Adquiramos el Pensamiento de la Palabra de Dios. Nuestros pensamientos son determinantes para adquirir las características de la Nueva Ciudad de Jerusalén.
Debemos reeducar y rehacer nuestros pensamientos por medio de la oración, y el estudio de la Palabra de Dios. ¿Misión Difícil?... Puede ser difícil.. ¡Pero no imposible!... en Dios todo es posible.
“Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” Proverbios 23:7
La repetición verbal o mental de los buenos pensamientos de la Palabra, los afirma y los graba en el inconsciente. Nos convertimos en lo que pensamos… Entonces tal como son nuestros pensamientos, así actuamos.
En la Nueva Ciudad donde viviremos con el Cordero de Dios, el Señor Jesucristo, Ahí solo hay un tipo de pensamiento: Los Divinos Pensamientos de nuestro Santo Dios y Su Palabra. Aquellos que irán a ese lugar, entonces buscan crecer y expresar: “Pero nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Corintios 2:16
Pensemos, hablemos y procedamos como un ciudadano del
Reino del Esposo Celestial, el Señor Jesucristo.
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